La solidaridad, generosidad y cooperación están entre los valores más preciados de la humanidad. Esos mismos que quedaron marcados a fuego durante la travesía organizada por el Proyecto S.O.I, perteneciente a la Fundación Padre Martín Martín Martín. Esta se desarrolló el sábado en El Cadillal y tuvo el objetivo de recaudar fondos destinados a los chicos con cáncer atendidos por el Servicio de Oncología Infantil del Hospital de Niños.
En ese sentido, el ex tenista adaptado y paratriatleta Facundo Palacio, el atleta y odontólogo Martín Kovacevich; y el arquitecto Martín Merlini pasaron por Panorama Tucumano y dialogaron de manera distendida con el secretario general de Redacción de LA GACETA, Federico van Mameren.
“Mientras esperaba que el director me de la orden, le pregunte a los invitados especiales de qué íbamos a hablar y uno de ellos me dijo: ‘de lo que salga del corazón”, así inició van Mameren la distendida entrevista con los tres organizadores de un evento que generó distintas emociones en los tucumanos.
Sin embargo, antes de conocer detalles de esta travesía, debemos remontarnos a sus orígenes.
“Fue un proyecto que surgió en una charla de café. Allí Martín me contó su proyecto, su historia de vida y a mí se me prendió la ‘chispita’ de poder aportar mi ‘granito’ de arena, con algo que me apasiona como es el deporte”, explicó Palacio. “Le propuse hacer una travesía solidaria para recaudar fondos, así poder cumplir el objetivo del Proyecto S.O.I, que es remodelar el servicio de oncología infantil de la sala 12. Ese día surgió y por suerte este sábado se pudo hacer realidad”, agregó con una enorme sonrisa en su rostro.
Los nadadores debían llevar el nombre correspondiente al niño con cáncer que iban a representar en la travesía. En este caso, a Kovacevich le tocó recorrer las aguas del Cadillal, por Zoe.
“Es una nena de tres años. Fui medio engañado al principio y me encontré de repente con una travesía solidaria donde había que nadar. Martín (Merlini) hizo una lista donde decía el nombre de cada nadador y a qué persona representábamos. Abrí esa lista, que decía mi nombre y el de una ‘personita’, con el número de teléfono de la mamá”, explicó Kovacevich.
“Cuando estaba viendo el celular y venía bajando la lista de nombres, empecé a temblar porque me puse una presión demasiado grande. Uno estaba en representación de una persona que ha pasado muchas cosas y que ha sufrido mucho”, analizó el odontólogo, que no dudó ni un segundo en contactarse con la mamá de la pequeña.
“Le mandé un mensaje, me comentó que Zoe estaba bien y me mandó un par de ‘fotitos’ de ella. Le puse que me gustaría conocer su historia a medida que ellos estén dispuestos a abrir su corazón. Hasta ese momento era un extraño. Mi esposa me acompañó y le llevamos un regalo para romper el hielo y ver qué reacción tenía. Fueron unos libros con sonido y estuvo 15 minutos sacándole el papel, dándolo vuelta y jugando. Fue una experiencia muy linda. Tengo tres hijos y es imposible no ponerse en el lugar de los papás de esta criatura”, dijo Kovacevich.
En tanto que Merlini, uno de los principales organizadores, se refirió a la acción solidaria que mantiene vivo el recuerdo de su hijo, quien falleció de cáncer cuando apenas tenía un año.
“Lo que era un objetivo económico, terminó convirtiéndose en un evento solidario. Fue una travesía para sanar, porque muchos de los nadadores tuvieron que salir de su situación personal para ponerse en el lugar del otro. Sensibilizarse, entender, ponerse al servicio, conectarse y hablar”, dijo Merlini, quien también explicó las actividades conjuntas que realizaron los nadadores con sus representados.
“Podían conectarse de distintas maneras. Algunos jugaban cartas, compartían almuerzos, se llevaron regalos y hasta se pusieron muy eufóricos. Los niños creían que iban a nadar ellos y después estaban convencidos que su nadador había ganado. En realidad, todos le han ganado a la adversidad. Esto fue una travesía simbólica de unión, de sacrificio, de perseverancia y de entrega”, aseguró Merlini.
Si bien todos los nadadores generaron un gran vínculo con su representante, quien se mostró agradecido por participar de la travesía fue Palacio. El ex tenista adaptado afirmó que terminó el sábado renovado de energías.
“Me transformé, ponerme un poco más en el lugar del otro, en interesarme más en lo que le pasa a otra persona y en saber en que todos tenemos algo cargado en la mochila. Sabemos que contamos con toda la sociedad para ayudar y que hay esperanza. Hemos tenido muchísimo apoyo y hemos visto una gran esperanza cuando nos juntamos por una causa común”, explicó Palacio.
Con alrededor de 18 millones de pesos recaudados, la travesía culminó en un total éxito. En ese sentido, van Mameren consultó: ¿Cuál es el secreto para transmitir esta alegría?
“Había muchísima gente que quería colaborar. No había grieta, ni problema económico o social”, dijo Palacio. “Es unir a través de un sentido que nos moviliza y que no estamos acostumbrados a hacer”, añadió Merlini.
Los nadadores pasaron horas en el Cadillal y en un contexto de país tan convulsionado, se destacó la buena causa.